Publicado el 9 de mayo de 2023

Desafíos para el turismo en un año récord

El sector turístico español ha conseguido consolidarse en 2022 como uno de los principales motores de la recuperación de la economía española, en buena medida gracias al esfuerzo inversor por parte de los empresarios del sector para mejorar la calidad de sus instalaciones y servicios, de forma que ha finalizado el año con un nivel de actividad cercano a la prepandemia.

Francisco Piedras Camacho.

Socio Director del Área económico-financiera de Equipo Económico.

El año 2019 fue el mejor de la historia de España en términos de turismo. Nuestro país recibió 83,5 millones de turistas internacionales (los cuales gastaron 91.912 millones de euros), situándose como el segundo país más visitado, solo por detrás de Francia, según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT). Estas magníficas cifras contribuyeron a que el peso del turismo en España alcanzara ese año el 12,6% del PIB, que el sector diese empleo a 2,7 millones de trabajadores y a que la economía española obtuviera un superávit en la balanza por cuenta corriente contribuyendo así de forma muy positiva a su financiación.

El turismo está ligado a múltiples dimensiones socioeconómicas de los destinos turísticos y así se puso claramente de manifiesto tras la irrupción de la pandemia del Covid-19 en 2020, cuando se hizo evidente el papel fundamental que juega el turismo en España. La crisis sanitaria y las restricciones a la movilidad hicieron que solo 19 millones de turistas internacionales visitaran el país en 2020, el 77,3% menos que en 2019, con los consecuentes efectos negativos, especialmente sobre la actividad.

Una vez controlados los principales efectos negativos de la pandemia, a lo largo del último año la actividad turística ha estado todavía afectada por el difícil contexto internacional, marcado por un conjunto de shocks de distinta naturaleza, en un escenario de incertidumbre económica y política asociada a la guerra en Ucrania. La coincidencia en el tiempo de choques de demanda, de oferta y energético se puso claramente de manifiesto en 2022 a través de sus consecuencias en términos de interrupción de las cadenas globales de valor, el incremento del precio de las materias primas y, sobre todo, a través de la inflación. Las fuertes presiones inflacionistas a lo largo de 2022 requirieron de una respuesta contundente por parte de las autoridades monetarias, a través, entre otros, de un rápido incremento de los tipos de interés oficiales y de una reducción de sus balances, con un importante efecto sobre la actividad, especialmente en los países desarrollados.

Pese a todo ello, el sector turístico español ha conseguido consolidarse en 2022 como uno de los principales motores de la recuperación de la economía española, en buena medida gracias al esfuerzo inversor por parte de los empresarios del sector para mejorar la calidad de sus instalaciones y servicios, de forma que ha finalizado el año con un nivel de actividad cercano a la prepandemia.

Prueba de ello es que la llegada a España de turistas internacionales superó los 71,7 millones en 2022 (el 85,8% de los que llegaron en 2019). El gasto realizado por estos turistas internacionales llegó a superar los 87.000 millones de euros en 2022, influido también por el aumento generalizado de precios, lo que representa el 94,8% del gasto de 2019. En términos medios, los turistas internacionales gastaron 1.215 euros por persona en 2022, 118 euros de media más que en 2019, que supone un crecimiento del 10,8%. Por su parte, las pernoctaciones de los turistas internacionales en establecimientos hoteleros se situaron en 2022 en 201,0 millones, el 90,0% de las pernoctaciones del 2019, y se aprecia un progresivo acercamiento a los niveles de dicho año, especialmente durante los meses de verano.

En cuanto al turismo nacional, que durante los años de la pandemia fue el principal soporte del sector, el número de viajes nacionales de personas residentes en España se situó en 155,3 millones en 2022, un 10,6% por debajo de los valores de 2019. Cabe destacar que, mientras el número de viajes fue menor en 2022, el gasto medio por persona fue un 23,9% mayor que en 2019, alcanzando los 228,22 euros por persona de media. Además, el turismo interior sí ha recuperado sus niveles prepandemia en algunas variables, situándose el número de pernoctaciones en establecimientos hoteleros en 2022 un 0,2% por encima de las registradas en 2019, alcanzando los 119,8 millones de pernoctaciones.

Este comportamiento del sector turístico se enmarca en un contexto donde las altas tasas de inflación que la economía española registró en 2022 se están trasladaron con fuerza al propio sector, con una subida del Índice de Precios Hoteleros (7,8%) superior al IPC General (5,7%). En este escenario, los hoteles facturaron en 2022 una media de 100,9 euros por habitación ocupada, un 13,2% por encima de los niveles de 2019 (89,1 euros de media).

En términos de empleo, la evolución de los datos también es muy positiva, ya que el número de ocupados en 2022 ascendió a 2,6 millones (tan solo 39.770 ocupados menos que en 2019), según la Encuesta de Población Activa (EPA).

En este contexto de recuperación de los niveles prepandemia durante 2022, cabe esperar que este 2023 brinde incluso mejores datos económicos de la actividad turística en España. Así, por ejemplo, algunos agentes del sector pronostican un resultado récord para este año 2023, superando los niveles previos a la pandemia, estimado que el número de turistas internacionales alcance los 85 millones (ver gráfico 1), generando un gasto total de unos 100.000 millones de euros, siempre y cuando no surjan nuevos riesgos imprevistos y la economía se mantenga estable, en términos de crecimiento y de progresiva moderación de la inflación en los principales mercados emisores de turistas hacia España. De la misma manera, Exceltur estima un crecimiento del PIB turístico en términos nominales para 2023 del 9,4% respecto a los niveles de 2019.

Estas perspectivas tan positivas se confirman con los datos de turistas internacionales que ha recibido España en el primer trimestre de 2023, que alcanzaron los 13,7 millones, un 41,2% por encima de 2022, con un gasto total de 17.201 millones de euros, que supone un crecimiento del 44,7% respecto al pasado ejercicio. Estas cifras no alcanzan todavía a las de 2019 en número de turistas (-3,5%), pero sí las superan en términos de gasto (+11,9%). En la misma línea, los datos de ocupación hotelera de la Semana Santa se han situado en niveles récord, entre el 65% y el 70% los primeros días, y subiendo a una media del 95% en las fechas centrales, de acuerdo con los datos de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT).

GRÁFICO 1. TURISTAS INTERNACIONALES EN ESPAÑA.

Fuente: Elaborado por Equipo Económico en base a datos del INE, OMT y Exceltur.

Desafíos

Estas perspectivas tan favorables del sector turístico español no están exentas de una serie de desafíos que deben ser abordados para garantizar su sostenibilidad a medio y largo plazo. Entre los principales retos y objetivos se pueden destacar los siguientes:

  • Calidad y competitividad global: para mantener el atractivo turístico es fundamental mejorar constantemente la calidad de los servicios y diversificar las experiencias que el turista puede disfrutar. Turismo cultural, de naturaleza, deportivo, religioso y otras actividades de ocio alternativo, deben complementar en mayor medida a los tradicionales flujos vinculados al sol y playa. De esta forma se evolucionará hacia un modelo turístico de excelencia, que permitirá el desarrollo del sector sin depender de un crecimiento en volumen del número de turistas que pueda llegar a generar problemas de congestión.
  • Sostenibilidad medioambiental, socioeconómica y territorial: es esencial que el sector turístico siga profundizando en prácticas sostenibles, mejorando la coexistencia de la actividad turística con el entorno natural y urbano. Para conseguir este objetivo es muy relevante trabajar para conseguir una mayor desestacionalización de la demanda.
  • Digitalización e inteligencia turística: es un punto clave para seguir atrayendo turistas cada vez más conectados y con estancias de mayor valor añadido. España tiene un gran margen de mejora en estos aspectos, para lo que es necesario acelerar la inversión en nuevas tecnologías digitales para la mejora de la gestión de los destinos y la competitividad de las empresas turísticas.
  • Infraestructuras: aunque España goza en su conjunto de unas buenas infraestructuras de transporte, es preciso mejorarlas en algunos destinos turísticos para facilitar el acceso y satisfacer las necesidades de los visitantes.
  • Formación y educación: el esfuerzo por mejorar la calidad de los servicios turísticos ha hecho aumentar la demanda de personal cualificado de los perfiles más tradicionales, exigiendo para ello capital humano con la formación adecuada, capaz de satisfacer las demandas actuales y futuras del mercado.

En definitiva, la actividad turística en España tiene un impacto muy positivo en el conjunto de la economía y sociedad española, mostró una significativa recuperación durante 2022 en términos de actividad después de unos años difíciles motivados por la pandemia, y presentan unas expectativas para 2023 muy positivas. Para mantener esta posición competitiva y mejorar en términos de calidad y sostenibilidad, es importante abordar relevantes desafíos con una estrategia coordinada y colaborativa entre el sector público y el privado, que contribuirán a que España puede seguir consolidándose como un destino turístico líder a nivel mundial.

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