Publicado el 29 de abril de 2021

La COVID-19 lastra al comercio exterior español

El comercio exterior de España acusó el año pasado las consecuencias de la pandemia. La COVID-19 truncó una década de crecimiento de las exportaciones, aunque la caída aún mayor de las importaciones permitió reducir a la mitad nuestro déficit comercial. El comercio internacional vivió un año muy complicado en 2020. La crisis de la COVID-19 […]

El comercio exterior de España acusó el año pasado las consecuencias de la pandemia. La COVID-19 truncó una década de crecimiento de las exportaciones, aunque la caída aún mayor de las importaciones permitió reducir a la mitad nuestro déficit comercial.

El comercio internacional vivió un año muy complicado en 2020. La crisis de la COVID-19 provocó el cese de actividad en muchos sectores y el cierre de las fronteras internacionales, afectando gravemente al flujo de mercancías. Según los datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el comercio mundial de mercancías se desplomó un 15% interanual en el segundo trimestre del pasado ejercicio. Sin embargo, el impacto de la pandemia fue menor del esperado, ya que la rápida reactivación en la segunda mitad del año permitió que el flujo de mercancías finalmente cayese un 5,3% en 2020.

Reducción del déficit comercial

La pandemia también afectó a las exportaciones e importaciones de España en 2020. Si atendemos a los datos del Informe Mensual de Comercio Exterior del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, el ejercicio cerró con un déficit comercial de 13.422,1 millones de euros, frente a los 31.979,6 millones de déficit registrado un año antes. Es decir, un 58% menos que en 2019.

Esta reducción se debe, en gran medida, a la caída de las importaciones, que acusaron con mayor intensidad las consecuencias de la pandemia. La entrada de bienes procedentes del exterior se redujo un 14,7% interanual en 2020, situándose en 274.598 millones de euros, frente a los 322.437 millones registrados en el ejercicio previo. De esta forma, la COVID-19 truncó la tendencia al alza de las importaciones desde 2014 —con la excepción del año 2016, cuando se contrajeron un exiguo 0,4%—, si bien el crecimiento ya fue muy comedido en 2019 (+0,9%).

La evolución de las importaciones en España fue un claro reflejo de la tendencia registrada en el escenario internacional. La entrada de mercancías desde el extranjero se contrajo en la zona euro (-9,9%), Reino Unido (-9,6%), Estados Unidos (-6,4%), Japón (-13,8%) e incluso en China (-1,1%).

La salida de mercancías desde España también cayó significativamente (-10%), alcanzando un valor de 261.176 millones, desde los 290.893 millones del año anterior, cuando se registró el máximo histórico en nuestro país. Esta contracción pone fin a casi una década de aumento de las exportaciones, con un crecimiento acumulado del 35% desde 2011 hasta 2019.

El descenso de las exportaciones españolas está en línea con la evolución general del comercio internacional. Por ejemplo, las exportaciones se contrajeron en la zona euro (-9,1%), Reino Unido (-14,6%), Estados Unidos (-12,9%) o Japón (-11,1%). Entre los grandes países, sólo China registró un aumento de sus exportaciones (+3,6%).

Resiste la exportación del sector alimentario

Los sectores con mayor peso en las exportaciones fueron los de bienes de equipo (19,8% del total), alimentación, bebidas y tabaco (19,6%), productos químicos (15,5%), sector del automóvil (14,8%) y semimanufacturas no químicas (10,1%).

Dadas las difíciles circunstancias que vivimos el pasado año, únicamente crecieron las exportaciones de alimentación, bebida y tabaco (+5,5% interanual), impulsadas por el incremento de las ventas internacionales de productos cárnicos (+16,2%) y de frutas, hortalizas y legumbres (+6%). De hecho, es el único sector que contribuye positivamente a la tasa de variación anual de las exportaciones totales (contribución de 0,9 puntos). Además, ha aumentado notablemente su peso sobre el valor total de las exportaciones (19,6% en 2020, frente al 16,8% de 2019).

La mayoría de los sectores redujeron sus exportaciones por encima del 10%, como sucedió con manufacturas de consumo (-15,1%), materias primas (-14,4%), automóvil (-12,9%), bienes de equipo (-12,6%) o semimanufacturas no químicas (-10,4%). Pero el mayor batacazo se registró en productos energéticos, cuyas exportaciones se desplomaron un 40,9%, debido a las menores ventas de petróleo y derivados. Los sectores con las mayores contribuciones negativas a la tasa de variación anual fueron los productos energéticos (-3 puntos), los bienes de equipo (-2,6 puntos) y el sector del automóvil (-2 puntos).

Analizando los datos por subsectores, las principales contribuciones negativas correspondieron a petróleo y derivados (-2,9 puntos), por las menores ventas a Países Bajos, Estados Unidos, Italia y Gibraltar; automóviles y motos (-1,0 puntos), por la reducción de exportaciones a Alemania, Italia, Bélgica y Reino Unido; y componentes del automóvil (-0,9 puntos), por el descenso de ventas a Argelia, Alemania, Portugal y Rumanía.

En el sentido opuesto, los subsectores que ofrecieron contribuciones positivas fueron productos cárnicos (0,5 puntos), por las mayores exportaciones a China; frutas, hortalizas y legumbres (0,4 puntos), por el aumento de las ventas a Alemania y, en menor medida, a Francia, Reino Unido y Suiza; y medicamentos (0,2 puntos), debido al incremento de las exportaciones a Alemania, pero también a Suiza, Francia y China.

En cuanto al balance de exportaciones/importaciones, únicamente registraron saldo positivo el sector de la alimentación, bebidas y tabaco (17.336,8 millones de euros), la industria del automóvil (8.119 millones) y las semimanufacturas no químicas (7.318,9 millones).

Importaciones: caída generalizada

En cuanto a las importaciones, los sectores con mayor peso fueron los de bienes de equipo (22,6% del total), productos químicos (18%), manufacturas de consumo (12,6%), alimentación bebidas y tabaco (12,4%) y automóvil (11,1%). Ningún sector se salvó de la caída de las importaciones, que fue especialmente acusada en productos energéticos (-39,1%), automóvil (-24,7%), semimanufacturas no químicas (-16,7%), materias primas (-16,6%) y manufacturas de consumo (-10,6%).

Los sectores que más contribuyeron negativamente a la tasa de variación de las importaciones fueron los productos energéticos (-5,4 puntos), automóvil (-3,1 puntos), bienes de equipo (-2,1 puntos) y manufacturas de consumo (-1,3 puntos). Y ningún sector contribuyó positivamente.

Por subsectores, destacó la contracción de las importaciones de petróleo y derivados (contribución de -4,4 puntos), principalmente de Libia y, en menor medida, de Arabia Saudí, Nigeria y México; automóviles y motos (-2,0 puntos), particularmente de Alemania, aunque también de Francia, Japón y Reino Unido; componentes del automóvil (-1,1 puntos), procedentes de Alemania, Francia y, con menor intensidad, de Japón e Italia; y confección (-0,9 puntos), de Bangladesh, Marruecos, Turquía y China.

UE: principal origen y destino

La Unión Europea volvió a ser el principal destino de las exportaciones españolas, con un 60,5% del total. Aunque también decrecieron respecto al año previo (-7,7%), se redujeron menos que las ventas al resto de destinos extracomunitarios (-13,3%).

Cabe señalar la contracción de las exportaciones a Francia (-3,9%), nuestro principal cliente (16,1% del total). También dentro de la zona euro, destaca el descenso de las ventas con destino a Italia (-11,8%) y Portugal (-9,7%), dos de los países más relevantes para nuestras exportaciones (7,8% y 7,6% del total, respectivamente), junto con Alemania (11,3%).

Las regiones que registraron una mayor variación interanual negativa de las exportaciones fueron Iberoamérica (-23,8%), destacando especialmente los descensos de las ventas a México (-25,1%) y Brasil (-13,1%); África (-16,3%), con un importante retroceso de las exportaciones a Marruecos (-13,3%); y Oriente Próximo (-10,5%). También disminuyeron significativamente los envíos a Estados Unidos (-11,2%).

Sólo se registró un aumento relevante en las exportaciones con destino a China (+20,1%). De hecho, el país asiático fue el que más contribuyó a la tasa de variación anual (+0,5 puntos), debido al incremento de las exportaciones de productos cárnicos y, a gran distancia, de metales no ferrosos y medicamentos. También contribuyeron positivamente Dinamarca, Finlandia y Noruega (+0,1 puntos). En el sentido opuesto, los destinos que más contribuyeron negativamente fueron Italia, Reino Unido (-0,9 puntos en ambos casos), Portugal (-0,7 puntos), Francia (-0,6 puntos), Estados Unidos y Alemania (-0,5 puntos).

En el caso de las importaciones, la dependencia de la UE es menor, aunque también es relevante: el 51,8% de las compras procede del ámbito comunitario. Las importaciones de países de la UE se contrajeron un 11,9% interanual, siendo especialmente acusado el descenso de las compras a Francia (-14,6%), Alemania (-14,5%) e Italia (-13,4%).

Las regiones respecto a las que más se resintió el flujo de entrada de mercancías fueron Oriente Próximo (-44,1%), con un marcado descenso de las importaciones de Arabia Saudí (-44,1%), y África (-30,1%). Por países destaca la caída de las compras a Japón (-33,2%) Australia (-32,5%), México (-25%), Reino Unido (-20,7%) y Turquía (-16,8%).

Las mayores contribuciones negativas a la tasa de variación interanual de las importaciones totales correspondieron a Alemania (-1,8 puntos) y Francia (-1,5 puntos), por las menores importaciones de automóviles y motos y de componentes del automóvil. También destacó negativamente la contribución de Libia (-1 punto), por las menores compras de petróleo y derivados. Por el contrario, aportaron positivamente Congo, China, Tanzania y Suiza, aunque apenas 0,1 puntos.

La COVID-19 se suma al brexit

Capítulo aparte merece la evolución del comercio con Reino Unido, donde las consecuencias de la crisis generada por la COVID-19 se suman a los efectos del brexit. El comercio exterior con las islas británicas tiene un peso importante para España, puesto que supuso el 6,5% de las exportaciones y el 3,4% de las importaciones en 2020.

La relación comercial con el Reino Unido ofreció un saldo positivo de 7.648,4 millones de euros para España, ya que en 2020 se exportaron mercancías por valor de 17.014,3 millones de euros, frente a 9.365,9 millones en importaciones.

El flujo de mercancías se redujo en ambos sentidos. Así, las exportaciones se contrajeron un 13,5% interanual, mientras que las compras a Reino Unido disminuyeron un 20,7%.

Entre los productos cuyas exportaciones se vieron más afectadas encontramos el material de transporte (-27,8%) y la maquinaria y aparatos eléctricos (-21,2%). También se redujo la venta de minerales (-43,2% interanual), aunque su peso en las exportaciones es limitado (2,7% del total). Sólo crecieron las exportaciones de productos del reino animal, vegetal y de la industria alimentaria (+6,1%) y los metales y sus manufacturas (+4,8%).

En el caso de las importaciones, se redujeron las compras de todos los sectores, destacando especialmente la caída en material de transporte (-37,1% interanual) y productos del reino animal, vegetal y de la industria alimentaria (-29,5%). Asimismo, cayeron significativamente las compras de metales y sus manufacturas (-31,7%), aunque su volumen es poco representativo sobre el total de las importaciones británicas (0,5%).

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