Tras el duro frenazo que supuso la irrupción de la COVID-19 para el intercambio internacional de bienes y servicios, el comercio exterior de España alcanzó cifras récord el pasado año.
El balance del comercio exterior en España en 2021 no puede ser más satisfactorio. Aunque la economía española todavía no ha recuperado los niveles previos a la pandemia, las importaciones y exportaciones de nuestro país superaron el pasado ejercicio los registros de 2019.
Según el Informe Mensual de Comercio Exterior (COMEX) de diciembre de 2021, las exportaciones españolas de mercancías ascendieron a 316.609,2 millones de euros, un 31,2% más que en 2020 y un 8,8% más que en 2019, último ejercicio antes de la pandemia. Lo mismo sucedió con las importaciones. Nuestro país recibió mercancías por valor de 342.787,1 millones, un 24,8% más que en 2020 y un 6,3% más que en 2019. De este modo, nuestro país sigue presentando déficit comercial, que en 2021 se situó en los 26.177,9 millones, con una tasa de cobertura del 92,4%, en línea con las cifras de los últimos años, en los que se ha movido en una horquilla entre el 89% y 95%.
“Un primer motivo que vendría a explicar la evolución favorable de las exportaciones es la brusca caída de la demanda interna como resultado de la pandemia y la necesidad de compensar dicha caída con las ventas al exterior. Si consideramos no sólo las mercancías, sino también los servicios, la ratio de las exportaciones españolas ha alcanzado en 2021 un 34,6%, situándose en niveles similares a los años previos a la pandemia”, se indica desde el Área de Internacional de la Cámara de Comercio de Madrid.
“Desde el primer trimestre de 2020 y hasta el primer trimestre de 2021, la demanda nacional ha ido encadenando contribuciones negativas a la variación anual del PIB muy superiores a las de la demanda externa, alcanzando un máximo de -18,2 puntos en el segundo trimestre de 2020, frente a los -3.3 puntos de la demanda externa en ese mismo período, que dieron lugar a una caída interanual del PIB del 21,5%. En definitiva, ante la crisis provocada por la pandemia, el sector exterior se ha mantenido mucho más estable que el mercado doméstico y ha registrado una evolución netamente favorable en la exportación de mercancías, que ha compensado con creces la caída registrada en 2020 (-10,2%) frente al crecimiento del 21,2% con el que acaba de cerrarse 2021”, añade.
Asimismo, Juan Carlos Higueras, analista económico y profesor del EAE Business School, señala que uno de los factores que más han contribuido a esta evolución tan favorable es la competitividad de nuestro sector exportador, “que se apoya sobre una sólida base, que se ha ido consolidando durante los últimos años, creciendo significativamente el número de empresas y sectores exportadores, algo que continúa en proceso de expansión”. Además, resalta que “nuestras industrias son muy competitivas de cara al mercado exterior, en especial, considerando que la mayor parte de nuestras exportaciones se dirigen hacia la UE, donde nuestros precios son más bajos y la calidad de nuestros productos es similar a la del resto de países europeos, ya que cumplimos con todas las regulaciones y normativas exigibles”.
La Cámara de Comercio de Madrid reseña que “el entorno global más favorable al comercio internacional, aunque no exento de tensiones como las roturas de stocks o la congestión de los principales puertos, ha contribuido a estos buenos resultados de las exportaciones españolas”. Al hilo de ello, Francisco González, profesor del ESIC, destaca que “el volumen global de mercancías creció un 10,8% en 2021, según la Organización Mundial del Comercio”. Por otra parte, incide en el “efecto rebote” del comercio exterior, tras la caída de consumo provocada por la pandemia.
Asimismo, Guillermo Rivas-Plata, secretario de la Asociación Española de Profesionales de Comercio Exterior (ACOCEX), considera que “la situación de España de mejora en la pandemia ha hecho que la producción y comercialización se haya reactivado con meses de diferencia sobre otros mercados, y esa es la principal razón de por qué nuestros datos son positivos”.
¿A dónde exporta España?
Los datos del COMEX nos muestran que Europa sigue acaparando la mayor parte de nuestras exportaciones (73,6%), un par de puntos porcentuales más que en 2019 (71,4%). El peso de la UE ha disminuido, como consecuencia de la salida del Reino Unido, situándose en el 61,8% en 2021 (65,7% en 2019). Los principales países de destino son Francia (15,9%), Alemania (10,2%), Italia (8,4%) y Portugal (7,9%).
América recibe el 10,1% de las exportaciones, destinando el 5,3% a América del Norte (4,7% corresponde a Estados Unidos) y el 4,6% a Iberoamérica. Hacia Asia se dirige el 8,9% de las mercancías (2,4% a Oriente Próximo y 6,6% al resto de Asia, con un 2,7% para China), mientras que África recibe el 5,8% de las exportaciones, con Marruecos como mayor socio comercial (3%).
“Los sectores que han liderado el crecimiento exterior son los habituales en nuestra balanza comercial. Productos químicos, bienes de equipo, alimentación y el sector de la automoción siguen siendo los productos o sectores estrella de nuestro negocio con el resto del mundo”, comenta Francisco Joaquín Cortés, profesor de finanzas de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
La Cámara de Comercio de Madrid especifica que el sector de las semimanufacturas lidera las exportaciones, con operaciones por valor de más de 89.260 millones (28,2% del total), seguido por los bienes de equipo (58.767 millones, 18,6% del total), alimentación, bebidas y tabaco (56.977 millones, 18% del total), el sector del automóvil (40.449 millones, 12,8% del total) y las manufacturas de consumo (30.455 millones de euros, 9,6% del total.
El brexit se hace notar
Los efectos del brexit se aprecian en la evolución del comercio exterior de España. Reino Unido recibía el 6,8% de nuestras exportaciones en 2019, porcentaje que cayó hasta el 5,9% en 2021.
“El principal impacto que se ha visto ha sido una gran confusión, seguida de una falta de abastecimiento de ciertos productos y un problema agregado como es la falta de transportistas dispuestos a viajar al Reino Unido, debido a las limitaciones fronterizas por la implantación de las aduanas y las largas colas para introducir las mercancías en dicho país. Una vez que se acabó el periodo de transición y el Trade and Cooperation Agreement (TCA), hubo una bajada de volúmenes, que aún se mantiene por debajo de los de 2019, en los que no había aparecido la COVID-19”, apunta González.
“La situación sigue siendo compleja, ya que sobre el acuerdo firmado han comenzado a aplicarse medidas puntuales correctivas. Por ejemplo, en el ámbito fiscal, en la gestión de los despachos de aduana o los reconocimientos de las empresas como proveedoras o compradoras. El ajuste a los cambios que se están produciendo está llevando a una ralentización en las operaciones, motivado fundamentalmente por un ‘extra’ de carga administrativa que no se conocía en estas operaciones”, afirma el secretario de ACOCEX.
El profesor del ESIC detalla que “los sectores más afectados han sido la automoción, frutas y verduras y legumbres y hortalizas”. Comparando los datos de 2019 y 2021, la Cámara de Comercio de Madrid destaca la “importante caída de las exportaciones de bienes de equipo (-18,29%, 836,38 millones menos) y del sector del automóvil (-18,4% y 764,24 millones menos).
Con la vista puesta en el futuro, Higueras señala que “el impacto sobre nuestras empresas será desigual”, aunque dependerá “de cómo se articulen los acuerdos comerciales entre la UE y Reino Unido”. “Los posibles aranceles que puedan establecerse en los próximos años podrían determinar un descenso de nuestra actividad exportadora hacia ese país, por el encarecimiento de nuestros productos en destino y, por tanto, por la búsqueda de otros países competidores con España, especialmente en el sector textil, en bienes de equipo y en el sector agroalimentario”, advierte. Además, recuerda que “Reino Unido es el principal país emisor de turistas internacionales a nuestro país”.
Impacto de la crisis de suministro
La crisis global de la cadena de suministro ha sido otro factor que ha condicionado la evolución del comercio internacional. “Está afectando a todos los países y también a nuestra economía, que depende de materias primas y componentes para incorporarlos en los procesos productivos, lo que está frenando nuestras exportaciones, especialmente las relativas a vehículos, bienes de consumo, bienes de equipo y productos químicos”, apunta Higueras.
Además, considera que “aún no se ha superado el problema”. El experto del ESIC coincide en esta percepción. “La crisis de los puertos y la congestión de las cadenas de suministro continúa hoy en día. Una demanda elevada ha llevado los precios de transporte, fundamentalmente marítimo, a niveles jamás vistos. Una capacidad limitada de salida de los puertos chinos y una demanda disparada ha sido una mezcla letal. Y esta situación parece que se alargará durante este año”, declara.
Igualmente, la Cámara de Comercio de Madrid recuerda que “la empresa de transporte marítimo de contenedores A.P. Moller-Maersk advirtió en enero a sus clientes que seguía teniendo problemas para transportar mercancías por todo el mundo, ya que la descongestión estaba tardando más de lo esperado”.
Asimismo, anota que “la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), en su ‘Informe sobre el Transporte Marítimo’ de noviembre, prevé que el crecimiento anual del comercio marítimo entre 2022 y 2026 se ralentizará hasta el 2,4%, frente al 2,9% de las dos últimas décadas”.
Aunque también había previsiones más optimistas. “Morgan Stanley, en un informe publicado en diciembre, apunta que la crisis de suministros está cerca de llegar a su fin y, con ella, cesará el aumento en los precios de las materias primas”, indica la Cámara de Comercio de Madrid.
Hay que tener en cuenta que todos estos pronósticos son anteriores a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, por lo que habrá que ver cómo evoluciona el panorama internacional.
Luces y sombras en 2022
La buena evolución del comercio exterior español en 2021 ofrece argumentos para el optimismo. “Las expectativas para el año 2022 son muy positivas, pues se espera que nuestro sector exterior siga creciendo por la propia inercia e impulso que ha tomado durante el año anterior y no sería descabellado pensar en un nuevo incremento de dos dígitos, que podría acelerarse aún más con los fondos europeos para la recuperación que deberían llegar este año”, augura el experto del EAE. Igualmente, Rivas-Plata afirma que “2022 se aventura como el año de la recuperación y la normalización”, aunque reconoce que “la pandemia sigue complicando el normal desarrollo de actividades en muchos países”.
Higueras especifica que “los sectores que podrían crecer más serían los de productos químicos, alimentación y bebidas, bienes de consumo y, en especial, el sector de los automóviles, que debería superar, en exportaciones, los niveles alcanzados en 2019”.
No obstante, advierte que “hay que vigilar muy estrechamente el comportamiento de la inflación, qué ya es estructural y muy elevada”, así como los precios de la energía, “pues nuestras empresas exportadoras dependen de ambos factores y podrían perder competitividad frente a otros países, afectando a nuestro volumen de comercio exterior, e incluso inclinando la demanda hacia los bienes importados, generando mayor déficit comercial”.
La recuperación del comercio internacional también reforzaba las buenas perspectivas para nuestro país. “Se especulaba con que la tendencia seguiría al alza. Según la consultora IHS Markit, el valor y el volumen de mercancías mundial hubiese seguido el ritmo del año 2021, con un crecimiento del 50% sobre las cifras actuales en un plazo de 13 años”, precisa el profesor del ESIC.
Sin embargo, reconoce que “todas las perspectivas se han volatilizado con la agresión rusa a Ucrania”. “El desarrollo del conflicto en los próximos meses marcará el devenir del comercio internacional. Ya estamos sufriendo una inflación desbocada y el riesgo de estanflación es real. El coste de las materias primas y de la energía marcarán el ritmo en los próximos meses”, añade.
El secretario de ACOCEX especifica que “esta situación conlleva un problema de abastecimiento de productos básicos como el gas, cereales, metales para fundición y grasas vegetales, así como el freno de las exportaciones de textiles y automóviles, entre otros”.
En esta misma línea, Higueras cree que la situación generada por la guerra en Ucrania “nos va a afectar aún más en los niveles de inflación y en la escasez de determinados productos, tanto agrícolas —Ucrania es el granero del mundo y ya estamos viendo fuertes subidas en el aceite de girasol, por ejemplo— como otros productos energéticos”. En este sentido, recuerda que “aunque España no depende de Rusia para el suministro de gas, sí que se ve afectada por la subida en el precio del mismo en los mercados, así como del petróleo”. Asimismo, considera que “las sanciones económicas y cierre del sistema SWIFT hacia Rusia por parte de la UE pueden afectar a las empresas españolas con intereses en esa región, ya que no podrán realizar ni cobros ni pagos, por lo que verán afectada su actividad”.
Por otra parte, anota que el fuerte avance del dólar frente al euro podría beneficiar las exportaciones españolas a países fuera de la UE a corto plazo, aunque opina que “la gran dependencia del país de las importaciones de China puede ser una rémora para la recuperación”.
