Publicado el 21 de febrero de 2022

¿Qué papel tendrán los fondos europeos en las tendencias de la construcción?

La eficiencia energética, la sostenibilidad, la digitalización y la creación de infraestructuras para fortalecer la cadena de suministro son algunas de las tendencias que marcarán el devenir de la construcción, apoyadas por la llegada de fondos europeos. Todos los sectores económicos están esperando los fondos europeos. La llegada de estas ayudas será fundamental para apuntalar […]
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La eficiencia energética, la sostenibilidad, la digitalización y la creación de infraestructuras para fortalecer la cadena de suministro son algunas de las tendencias que marcarán el devenir de la construcción, apoyadas por la llegada de fondos europeos.

Todos los sectores económicos están esperando los fondos europeos. La llegada de estas ayudas será fundamental para apuntalar la recuperación de nuestro país. Además, supondrá una magnífica oportunidad para el sector de la construcción, tanto en el ámbito inmobiliario como en la ingeniería civil.

Además, si analizamos las tendencias que marcarán el paso en este sector en el presente ejercicio, vemos que están claramente alineadas con los objetivos que persiguen los fondos europeos: innovación, sostenibilidad y digitalización.

A continuación, repasamos algunas de estas tendencias y analizamos el impacto que podrían tener estas ayudas en su evolución.

Apuesta por la eficiencia energética

Oscar del Río, presidente de la Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes (AFELMA), considera que la principal tendencia de la construcción en 2022 será la mejora de la eficiencia energética de los edificios, “para hacerlos más sostenibles, reducir las emisiones de CO2 y combatir la pobreza energética”.

“La crisis climática y energética que estamos viviendo ha puesto de manifiesto la necesidad de abordar ambiciosos planes de rehabilitación que nos permitan vivir de forma más sostenible, reducir el impacto de la factura de luz en nuestros bolsillos y, de paso, mejorar las condiciones de nuestros hogares, no sólo desde la perspectiva de la eficiencia energética, sino también del aislamiento acústico o de la protección frente al fuego. Se trata de rehabilitar más y de rehabilitar mejor”, explica.

Hay que tener en cuenta el importante déficit en el aislamiento térmico y acústico que existe en el parque inmobiliario español. “El 90% de las viviendas están construidas antes de la entrada en vigor del Código Técnico de Edificación. Y el 60%, antes de que existiera ninguna normativa de eficiencia energética. Se calcula que un tercio del consumo de energía y de las emisiones de CO2 en nuestro país proceden del parque edificado. España tiene que rehabilitar 1,2 millones de viviendas de aquí a 2030 y adaptarlas al modelo de eficiencia energética y de reducción de emisiones para cumplir con Europa. Tener un buen aislamiento térmico es la mejor forma de hacer un uso eficiente de la energía”, puntualiza Del Río.

Los fondos europeos jugarán un papel esencial. “El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTT) que aprobó el Gobierno en 2021, y las ayudas europeas que lo acompañan, impulsarán la rehabilitación de viviendas y edificios. Aunque las diversas medidas implantadas en los últimos años han tratado de fomentar este tipo de actuaciones por la antigüedad del parque inmobiliario español, será a partir de 2022 cuando el sector coja ritmo, aprendiendo de lo que están haciendo otros países más avanzados y adaptando todas sus soluciones a nuestra realidad climática y cultural”, señala Sto Ibérica.

La rehabilitación residencial supone una importante partida en los Presupuestos Generales del Estado 2022, a través del PRTR, aprovechando los fondos europeos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MMR). Así pues, el Gobierno contempla un presupuesto de 2.839 millones para el ‘Plan de rehabilitación de vivienda y regeneración urbana’.

En concreto, se destinarán 1.389 millones de euros del MRR a actuaciones para financiar programas de apoyo tanto de las renovaciones energéticas en los barrios como de las renovaciones energéticas en los edificios residenciales. Y se prevé destinar otros 600 millones de euros para apoyar las renovaciones energéticas de edificios públicos. Además, se destinarán 500 millones para la construcción de viviendas de alquiler social energéticamente eficientes.

Hacia la construcción sostenible

La emergencia climática es una de las prioridades de nuestra sociedad. Las empresas del sector de la construcción y las infraestructuras han recogido ese guante, aumentando su apuesta por la sostenibilidad.

Esta tendencia es mucho más que un desiderátum, ya que las empresas españolas tendrán que incluir en su información corporativa anual el grado de sostenibilidad de sus actividades productivas, conforme a las exigencias del reglamento de la Unión Europea para facilitar las inversiones sostenibles.

En el sector de la construcción, esta orientación hacia la sostenibilidad tendrá varias consecuencias. “Afectará no sólo a los procesos constructivos, con una mayor apuesta por el uso de recursos materiales sostenibles o por el tratamiento de residuos a través de procesos inclinados a la economía circular, sino también en lo que respecta al edificio construido o rehabilitado, apostando en mayor medida por elementos como aislamiento térmico, carpinterías de calidad, materiales sostenibles, sistemas de ahorro de agua, electrodomésticos de bajo consumo, uso de energías renovables…”, explica Sto Ibérica. Además, aquellas empresas que opten a la adjudicación de concursos de Obra Pública también habrán de tener en cuenta los criterios de sostenibilidad.

El documento ‘Inversiones y reformas para su inclusión en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española’,elaborado porla Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (SEOPAN) y la Asociación Española de Empresas de Ingeniería, Consultoría y Servicios Tecnológicos (Tecniberia), presenta varias propuestas en torno a la economía circular. Éstas se concretan en la reutilización de recursos en el diseño y la ejecución del entorno construido, la utilización de soluciones de generación local distribuida e integrada en el entorno con el fin de alcanzar la neutralidad en carbono, la transformación digital de toda la cadena de valor del sector de la construcción para la mejora la productividad y la reducción en el uso de recursos en la ejecución y operación del entorno.

La transición hacia un modelo sostenible también impulsará el desarrollo de la construcción industrializada. “Los principios de sostenibilidad y digitalización están situando en el punto de mira a nuevos modelos de construcción como el industrializado. Los beneficios que aporta a nivel social, económico y medioambiental serán la base de su éxito este año: optimización de los tiempos de producción hasta un 50%, reducción de costes hasta un 20%, proceso digitalizado y producción automatizada, reducción del impacto medioambiental de la construcción y creación de empleos mucho más especializados, seguros, atractivos e inclusivos. Este modelo es, además, aplicable a todo el sector constructivo —inmobiliario, infraestructuras…—. Y aunque es una excelente solución para proyectos de obra nueva, también tiene cabida en la rehabilitación”, detalla Sto Ibérica.

Datos y digitalización ante un mundo incierto

El actual escenario de incertidumbre en el que vivimos también afecta a la obra pública. Tenemos que construir infraestructuras con la vista puesta en el largo plazo, pero nos desenvolvemos en un mundo que se mueve en el corto plazo. Como explica KPMG en su informe ‘Emerging trends in infrastructure’, hay muchas cosas que están cambiando rápidamente, como modelos de trabajo, patrones de compra, tecnologías, etc. “Cada vez es más difícil saber qué va a querer la sociedad en los próximos días o años, por no hablar de lo que necesitará en las próximas décadas”, apunta la consultora.  Y a todo ello también habría que añadir las grandes tendencias macroeconómicas: urgencia climática, crisis migratorias, pandemias, conflictos políticos y comerciales en el marco internacional, problemas en la cadena de suministro…

“La incertidumbre está creando desafíos para la toma de decisiones a corto plazo y también está creando problemas para los planificadores a largo plazo. Nadie quiere que sus inversiones se enfrenten a la obsolescencia tecnológica”, explica KPMG. La consultora considera que la única manera de anticipar lo que necesitará la sociedad en el futuro es escuchándola. “Los datos y el análisis serán clave para llevar a cabo esa escucha”, apunta. Además, remarca que “los planificadores de infraestructura deberán incorporar un nivel de flexibilidad para mitigar esas incertidumbres que no se pueden analizar”.

En este contexto, cobran especial relevancia tecnologías como, por ejemplo, la metodología BIM, la inteligencia artificial, la sensorización o los digital twins, Estas herramientas permiten monitorizar el comportamiento de los activos, desarrollar modelos predictivos, crear representaciones virtuales de las infraestructuras para realizar escenarios de simulación como soporte en la toma de decisiones, etc.

La transformación digital es uno de los ejes vertebradores de los fondos europeos de recuperación, por lo que estamos ante una oportunidad única para la digitalización del sector de la construcción y las infraestructuras. SEOPAN y Tecniberiaproponen el despliegue de un programa de subvenciones y proyectos, con una inversión total de 750 millones de euros, enfocado en cinco áreas: digitalización de entornos, digitalización de las infraestructuras, robótica en la construcción, adaptación a la economía digital y digitalización de los materiales. “Con ello, se pueden abordar proyectos tales como laboratorios de digitalización urbanos, plataformas de datos loT, realización de inventarios digitales, desarrollo de modelos de evolución de las infraestructuras, desarrollo de nuevos productos y sistemas constructivos adaptados a las nuevas necesidades, desarrollo de robots específicos para la construcción, etc.”, indican estas asociaciones.

“El principal beneficio consiste en la posibilidad de crear un ecosistema de empresas de gran especialización en el sector, con un gran potencial de desarrollo tanto a nivel nacional como internacional. Ello redundará en la mejora de la calidad de las infraestructuras construidas, una reducción de los costes y un mantenimiento óptimo de las mismas, así como un uso más eficiente y seguro”, concluyen.

Fortalecimiento de la cadena de suministro

En el último año hemos podido comprobar la fragilidad de la cadena de suministro, que está provocando el desabastecimiento y/o encarecimiento de ciertos materiales, e incluso la paralización de obras o la cancelación de contratos. “Durante años, las empresas compitieron para reducir el capital empleado en la cadena de suministro, mientras que los gerentes de la cadena de suministro se centraron en ahorrar tiempo. Ahora, las empresas compiten para mejorar la resiliencia ante la COVID-19, fenómenos meteorológicos extremos, el juego político, etc. De hecho, los giros económicos de los últimos dos años han demostrado al mundo que las cadenas de suministro modernas son frágiles, sobrecargadas y vulnerables a una amplia gama de impactos externos e internos”, advierte KPMG.

“Esta fragilidad de la cadena de suministro en el sector de la infraestructura es doble. Por un lado, los actores del sector de las infraestructuras están luchando con su propia escasez de suministro. El primer gran impacto es que tendrán dificultades para cumplir sus objetivos y se perderán oportunidades sociales, económicas y ambientales. El segundo impacto es la respuesta al aumento del riesgo en la cadena de suministro. Ahora fluirá una inversión significativa para crear cantidades masivas de activos de infraestructura. Ya estamos viendo nuevos centros de distribución que se están desarrollando alrededor de las principales ciudades en un intento por reducir el riesgo de escasez de suministro a corto plazo. A medida que esta mentalidad se generalice, la inversión relacionada en infraestructura será masiva”, añade.

La inversión en transporte ferroviario de mercancías, conexiones ferroportuarias y logística ferroviaria será fundamental en este escenario. El programa ‘Mercancías 30’, del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), incluye entre sus objetivos elevar la cuota modal del transporte ferroviario de mercancías hasta el 10% en 2030, desde el 4% que representaba en 2021. Para ello, el MITMA invertirá unos 1.500 millones de euros con cargo al MRR para favorecer el cambio modal de la carretera al tren en el transporte terrestre de mercancías.

Por su parte, SEOPAN y Tecniberia propugnan la inversión de 1.878 millones en conexiones ferroportuarias y terminales logísticas, 800 millones en autopistas ferroviarias y 3.051 millones en la conversión de tres ejes de líneas de ferrocarril convencional infrautilizadas en autopistas ferroviarias.

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