- España es el estado miembro de la Unión Europea con la caída más pronunciada del PIB, así como con la mayor disminución de personas empleadas.
- Una cuarta parte de la fuerza laboral de la UE solicitó un ERTE durante el punto más grave de la crisis, lo cual evitó despidos a corto plazo y por ende una escalada en el paro.
- Para cubrir el coste de la extensión del ERTE, España dispondrá de 23 millones de euros proveniente del instrumento SURE de la Comisión Europea.
La crisis económica producto de la COVID-19 y las medidas de confinamiento han tenido un grave impacto en la economía de la Unión Europea. En el segundo trimestre del año, la mayoría de los Estados miembros todavía aplicaban medidas de contención contra el coronavirus. Debido a esto, el PIB disminuyó un 11,8% en la eurozona y un 11,4% en la UE en comparación con el trimestre anterior, según estimaciones publicadas por Eurostat. Estos han sido los peores datos registrados desde el inicio de la serie en 1995.
Con respecto al trimestre anterior, España encabeza el listado de países en rojo con una caída de su PIB del 18,5%. Los países que le siguen son Croacia (-14,9%), Hungría (-14,5%), Grecia (-14%) y Portugal (-13,9%). Los datos publicados por el ente europeo también incluyen el empleo, señalando que el número de personas empleadas disminuyó un 2,9% en la eurozona y un 2,7% en la Unión Europea en el segundo trimestre del 2020. España registró la mayor disminución de empleo entre los Estados miembros con un 7,5%, seguido de Irlanda (-6,1%), Hungría (-5,3%) y Estonia (-5,1%).
Las cifras de la Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística señalan que la pandemia eliminó 1,2 millones de puestos de trabajo en España. En el segundo trimestre, la ocupación disminuyó en todos los sectores, pero principalmente en los de agricultura, industria, construcción y en su gran mayoría, servicios. No obstante, los datos no incluyen a los afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) con suspensión de empleo.
ERTE durante la crisis económica en España
España cerró el mes de junio con más de 5,6 millones de personas inactivas o en pausa laboralmente. De estos, casi 2 millones de trabajadores estaban sujetos a un ERTE, lo cual implica que siguen dados de alta en la Seguridad Social, manteniendo su afiliación. De acuerdo con El País, este mecanismo logró frenar en cierta medida la destrucción de empleo que se inició con el estado de alarma, anunciado el 14 de marzo. La cifra de los afectados por un ERTE llegó a su punto máximo a finales de abril, con casi 3.4 millones de personas en ese mecanismo.
El final de abril también fue crítico para los Estados miembro de la Unión Europea, habiendo generado más de 42 millones de solicitudes para apoyar a los trabajadores a través de mecanismos similares a los ERTE. Esta cifra corresponde a aproximadamente una cuarta parte de la totalidad de los trabajadores de la UE, de acuerdo con el Instituto de la Confederación Europea de Sindicatos.
La organización considera que los ERTE han sido efectivos para evitar despidos a corto plazo, lo cual conllevaría a una escalada del paro. Francia ha sido el país con mayor extensión con respecto al mecanismo, afectando a 48% de su fuerza laboral, unos 11 millones de trabajadores. Le sigue Italia con 47% y Alemania con 27% de trabajadores afectados, aproximadamente 10 millones y cuya cifra es similar a la de España.
El Informe Infoempleo Adecco indica que el 61% de las empresas han adoptado algún ERTE antes de junio de 2020. Los principales sectores beneficiados de este mecanismo son el de construcción, industrial y servicios. El informe también señala que el tipo de ERTE más solicitado ha sido el de suspensión total en el 43,2% de los casos, o el total de la plantilla en 29,2%. No obstante, el 20,3% de los profesionales afectados manifestaron que las empresas no cumplen las condiciones acordadas en sus ERTE.
Mercado laboral y extensión de los ERTES en España
El informe antes mencionado también señala que, según la opinión de empresas y profesionales, la evolución de la economía española en los próximos seis meses no es muy optimista. Sin embargo, las expectativas para el año 2021 son mucho mejores. Entre los mayores riesgos percibidos por las organizaciones está la no reactivación del consumo, la existencia de un rebrote del virus que conlleve a más confinamientos, y cambios de hábitos o gustos de los clientes.
Ante este panorama, solo el 29,5% de las empresas tienen previsto realizar nuevas contrataciones durante el año 2020, una reducción significativa con respecto al número de organizaciones que planeaban incrementar su plantilla en el mes de febrero (75,4%). Además, el 29,1% de las empresas tienen planificado realizar recortes salariales, afectando en especial a los trabajadores del sector de servicios e industrial. También, un 15,5% de las empresas tiene planeado solicitar o ampliar un ERTE, especialmente en los sectores de industria y construcción.
Por su parte, el Gobierno español ya ha manifestado sus intenciones de mantener los ERTE por tres meses más del periodo previsto, es decir, hasta finales de año. La ministra de Trabajo expresó que el último trimestre del año será clave para hacer frente al impacto económico producto de la crisis del coronavirus. Según Deutsche Welle, este mecanismo es un mensaje de tranquilidad en un momento decisivo para la recuperación de la actividad económica en el país.
Con respecto a esto, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, aboga por enfocar la ayuda extraordinaria a las empresas más afectadas por la crisis y no dividir por sectores específicos. Esta visión es compartida por líderes sindicales, informa El País, los cuales han solicitado que los ERTE sean mantenidos tanto como dure la crisis sanitaria.
Para poder costear los ERTE, España dispondrá de 21.300 millones de euros provenientes del Instrumento de Apoyo Temporal para Mitigar los Riesgos de Desempleo en una Emergencia, conocido como SURE por sus siglas en inglés. Este instrumento de la Comisión Europea permitiría financiar hasta el 70% del coste de los ERTE, así como la prestación extraordinaria por cese de actividad para los autónomos. La Comisión ha declarado que su enfoque es preservar los empleos y los medios de vida para facilitar la recuperación económica de la eurozona.
